Cómo detectar a un lobo conservador disfrazado de oveja liberal
El pensamiento liberal ha mantenido incontables batallas contra el progresismo más trasnochado, pero los liberales también deben reconocer y explicar que su pensamiento no sólo es distinto del socialista, sino también del conservador.
En ocasiones, el conservadurismo es tan colectivista como la izquierda, desdeña la meritocracia en favor de los genes y el abolengo, sitúa la fe por encima de la razón o considera que la tradición es un bien superior, aunque se oponga al progreso y las mejoras. El liberalismo, pues, debe reivindicar, además de la oposición al intervencionismo económico y el dogmatismo cultural de la izquierda, su defensa de la libertad individual, y cómo ésta implica hacer frente a la cerrazón conservadora en materia de sexo, familia o religión.
Lo cual, como explica Gloria Álvarez en este libro que, aunque combativo, cuenta con una amplia documentación y una base histórica que reflejan el presente y pasado de España y Latinoamérica, requiere confianza en la razón. Y la conciencia de que el liberalismo ha derrotado algunas de las peores ideas marxistas, conservadoras y colectivistas y de que el futuro pertenece a los individuos osados, libres y dispuestos a dar la batalla de las ideas