Celebración del bicentenario

Faltan cuatro semanas, mes exacto, para el 6 de agosto de 2025, Bicentenario de la República de Bolivia. El casi nonagenario General Irineo Olañeta y Pardo, vallealteño de cepa, padre de dos familias (los Olañeta Villarroel y los Olañeta Suárez), así como dos veces presidente del país (una dictatorial, otra democrática), está empeñado en reunir, para la celebración, a sus dos distanciadas familias. Para tal fin, organiza una recepción en su residencia de Avenida América, zona norte de Cochabamba Capital.
El general lleva vida bifurcada en contradicciones existenciales e históricas: yo y tú, lo íntimo y lo ajeno; dictadura y democracia, lo arcaico y lo moderno, provincia y mundo, el pasado y el futuro. Doblez impuesta por un sinuoso recorrido biográfico.
Los Olañeta Villarroel, familia provinciana, conformada por tres hijos varones (además de otro extramatrimonial), a quienes el general abandonó al finalizar el siglo XX. Tienen profesiones tradicionales: militar, abogado, sacerdote, empresario minero. Los Olañeta Suárez, familia cosmopolita, constituida en el siglo XXI, compuesta por un hijo y tres hijas. Tienen profesiones actuales y exitosas: biotecnólogo, diseñadora de alta moda, ingeniera aeroespacial, cantante de rock. Los cuatro triunfan en el extranjero.
El General Irineo Olañeta y Pardo, en su afán de reunir a sus dos familias para la fecha señalada, retornará primero a Tarata, su tierra natal, luego de años de ausencia voluntaria, a enfrentar acusaciones del pasado. Sin embargo, atisbará también la contemporaneidad, al comunicarse desde su residencia, por videollamada, con los cuatro hijos de su segunda familia.
Celebración del Bicentenario recrea dos visiones de país. Síntesis novelada desde dos mentalidades, dos miradas. Doscientos años de vida republicana, realidad histórica escindida entre logros y pérdidas, promesas y perversiones. La filosofía de la historia, el corsi (progreso) y el ricorsi (retroceso) de Giambattista Vico, en clave ficcional boliviana.