El cóndor necio y el dragón al acecho

El título del presente libro, que se asemeja al de una fábula, sintetiza la relación desigual que se ha establecido entre Bolivia (el cóndor) y China (el dragón). Más que a un escenario sombrío y peligroso de una relación abusiva, la analogía se refiere a un abordaje que ha asumido cada país. Por un lado, durante la última década Bolivia asumió un enfoque “campista” para su política exterior. Es decir, una valoración sobre todo geopolítica y corporativista del sistema internacional. Por su parte, China es una potencia pragmática que se ha acercado a las diversas regiones y países del mundo, priorizando sus intereses nacionales de desarrollo. A lo anterior se suman las contradicciones estructurales e históricas del sistema económico boliviano. Sobre todo, la persistente dependencia de las exportaciones de bienes primarios y las importaciones de bienes acabados. Una contradicción irresuelta que continúa postergando el desarrollo económico del país. A pesar de éstas y otras problemáticas, Bolivia ha celebrado y consolidado su vínculo con el gigante asiático, desatendiendo el hecho que ha ingresado en una nueva relación asimétrica y potencialmente desventajosa.