Aysel tiene dieciséis años y le faltan motivos para seguir adelante. En un pequeño pueblo donde ser diferente está mal visto, ella carga con el peso de tener un nombre y un aspecto extranjeros y con el estigma del terrible crimen que su padre cometió. Sin amigos y con una familia que la rehúye, Aysel siente que su corazón es un agujero negro y que algo en su interior devora todos sus sentimientos.
Pero cuando conoce a Roman, un chico que vive atormentado por la culpa, siente que algo cambia. Con Roman las horas que antes se le hacían inacabables ahora pasan volando. Con Roman es capaz de imaginar un mundo mejor. Con Roman podrá hablar de los secretos que ha escondido durante años… A medida que los dos jóvenes vayan conociéndose, Aysel deberá decidir: ¿sigue queriendo acabar con todo?, ¿o prefiere ver qué les depara el futuro?