Distanciamiento, canciones que interrumpen la trama, carteles que anticipan hechos futuros, consejos al público, acción política y reflexión moral enlazados con los gestos sociales… son conceptos que quedaron tan asociados a su teatro como las escenas de La Opera de Dos Centavos o Madre Coraje. Bertolt Brecht (Alemania, 1899-1956) comenzó su carrera como un dandy literario en la Era Weimar, pero rápidamente se convirtió en una figura revolucionaria que luchó para remover todas las complicidades políticas de su arte. Desde 1926, su teatro “épico” insiste en promover, tanto entre actores como espectadores, pensamientos capaces de influir sobre la realidad. “Distracción” es una mala palabra en su vocabulario. Ni el nazismo ni el macartismo que padeció en Estados Unidos le impidieron mantener una clara y virulenta coherencia ideológica.