El trabajo de investigación de Nathan Wachtel se sitúa en una época crucial para la historiografía andina caracterizada por romper con las formas convencionales de ver la conquista y la colonización, volcando la mirada crítica a la historia a partir de un “intento de desprenderse de hábitos mentales” y desplazar el punto de observación hacia los “vencidos”.
Ruggiero Romano reconoce que la obra de Nathan Wachtel “constituye no solo una de las más bellas contribuciones de la historiografía francesa a los estudios americanistas, sino también un hermoso ejemplo de cómo puede recuperarse una herencia enriqueciéndola”, y Xavier Albo añade: “Watchel, como los clásicos estructuralistas franceses, tiene una habilidad única para tejer bellos encajes a partir de estos juegos de espejos, tanto al hablar del mundo chipaya contemporáneo como en su capítulo posterior de recapitulación, ´El encanto de las sirenas´. Me rindo ante los encantos de esta habilidad, sin animarme siquiera a presentar batalla”.
El regreso de los antepasados… es considerada la obra maestra del autor, en la medida que efectivamente le permitió ocupar el puesto más prestigioso de la academia francesa: la silla de la Historia y Antropología en el Colegio de Francia.
Ramiro Molina Rivero