La obra literaria de Jorge Suárez sucede casi exactamente en la segunda mitad del siglo xx: en grueso, desde 1953 hasta 1998. Este es un período social y políticamente muy intenso, imposible de resumir, sin embargo, algo se puede indicar. Ahí están, por ejemplo, la Revolución de Abril de 1952 y, con ella, entre otros, la Reforma Agraria, el Voto Universal y la Nacionalización de las Minas; ahí también se arraiga y constituye el “Estado del 52” (René Zavaleta Mercado) que, con matices representativos más o menos participativos según las coyunturas, aún articula el presente Estado y sus naciones. Con la construcción de la carretera Cochabamba-Santa Cruz como medio y símbolo, en ese entonces también empezó la creciente articulación del oriente y occidente bolivianos con el actualmente llamado eje troncal como su más evidente resultado […]. Sin embargo, no vayamos tan lejos, retengamos simplemente los índices sociopolíticos, pues Jorge Suárez –como ciudadano, escritor, periodista y diplomático–, no fue nada ajeno a ellos.