El embrujo del oro (Tapa blanda)

Cuatro novelas de duradera o germinal importancia para la historia literaria boliviana fueron publicadas en 1948. En La Paz, Chuño Palma de Víctor Hugo Villegas, La niña de sus ojos de Antonio Díaz Villamil, Cuando vibraba la entraña de plata de José Enrique Viaña (BBB, núm. 121); y, en Buenos Aires, El embrujo del oro de Adolfo Costa du Rels.
Esa de 1948 era la primera edición en castellano del folletín en francés La Hantise de l’or [El embrujo del oro], publicado, en 1930, por la revista La Petite Ilustration y de la novela del mismo nombre publicada por la editorial parisina Fasquelle. Los vínculos de El embrujo del oro con esas dos publicaciones francesas anteriores son patentes. Sin embargo, no se puede afirmar que se trate de la misma obra, ahora en versión castellana: no solo se le habían añadido textos, sino que los textos que se escribieron originalmente en francés eran ya otros, corregidos, cambiados.
En 1940, Carlos Medinaceli ofrece una conferencia sobre «El cuento en Bolivia» en la Universidad San Francisco Xavier de Sucre. Dedica en ella una parte central a La Hantise de l’or. Coincide en principio con el juicio del crítico y poeta José Eduardo Guerra, que consideraba a Costa du Rels «el mejor novelador del minero y de la vida minera en Bolivia». Y Medinaceli añade: «es una obra original en cuanto a su desarrollo, pues vendría a resultar una novela, en el fondo, por la unidad que ‘la angustia del oro’ confiere a los diversos relatos. Un mismo impulso pasional es el que determina el curso de los acontecimientos y mueve la voluntad de los hombres: la cobdicia, la hantise de l’or».
Alba María Paz Soldán