Cuando tienes diecisiete años y toda tu vida pasa en YouTube, llega un momento en el que ya no sabes quién eres.
Eso es precisamente lo que le sucede a Cali: su familia tiene un canal con dos millones de seguidores y su novio es el youtuber más conocido del momento.
Héctor vive en una residencia de menores y lucha por averiguar de dónde proviene. Pero el único recuerdo que conserva de su pasado es un casete con una canción que toca siempre en el metro con la esperanza de que algún día alguien la escuche y la reconozca.
Y ahí es donde se cruzan sus miradas. Las vidas de ambos quedarán entrelazadas para siempre cuando descubran el origen de la canción, el póster de una película olvidada y un cine abandonado lleno de secretos…
Todo sin romper la única regla que Héctor sigue a rajatabla: Está prohibido creer en el amor.