Aunque comenzó su carrera de dramaturgo bajo el signo del romanticismo, Henrik Ibsen (Noruega, 1828-1906) fue el encargado de llevar a la perfección el drama moderno realista con las obras maestras «Una casa de muñecas» y «Un enemigo del pueblo». Estrenadas respectivamente en 1879 y 1882, pronto se difundieron por toda Europa y América y convirtieron a su autor en referente indiscutido del teatro mundial. Ibsen construye en ambas obras dos magníficos dramas en los que expone un conflicto entre el individuo y la sociedad. Este conflicto está formulado en forma de tesis, pero esta dista de ser simple o mecánica: Nora cerrará la acción con la instauración de un dilema para los espectadores y el Dr. Stockman, por su parte, aunque defiende una causa justa se revelará como un villano.