La trama del libro de Enrique Viaña, Cuando vibraba la entraña de plata (crónica novelada del siglo) (1948), se centra en Nicolás Ludueña, ciudadano medio de la Villa Imperial de Potosí, cuya vida se articula a circunstancias y detalles ocurridos entre 1598 y 1626. Ludueña es un ciudadano corriente que se bate contra los vascos cuando las circunstancias lo requieren, que juega y bebe con sus amigos en el Mesón del Desorejado, todo esto en una atmósfera más bien austera, que se hace galana y refinada en las fiestas oficiales, aunque sórdida en la mina y en los ingenios.
Esta novela ofrece, además, un inquietante misterio asociado a la presencia y a los saberes indígenas que inciden y determinan el desarrollo del relato. El narrador-cronista, que no forma parte de la historia ni opina al respecto, articula los diálogos que intentan reproducir la oralidad potosina a través de un español antiguo sobre el que se graban voces quechuas del cotidiano urbano de la época.
De esa manera, nos enteraremos cómo fueron esos oficios que tienen que ver con la tierra y los metales, y también cómo se gestaron esas luchas entre vicuñas y vascongados, al mismo tiempo que seguiremos las aventuras y desventuras de Nicolás Ludueña y veremos configurarse una sociedad y una cultura americana.