En agosto de 2025 Bolivia cumplirá doscientos años como Estado independiente. Las publicaciones por la celebración del bicentenario de la Independencia han seguido los lineamientos de la historia oficial boliviana, ignorando lo que en 1825 se consideraba los “confines agregados”, es decir la inmensa provincia de Santa Cruz de la Sierra, convertida posteriormente en departamento. Esos confines agregados fueron fragmentados, primero con la creación del departamento de Beni en 1842 y posteriormente con la cesión indiscriminada de territorios pertenecientes al espacio geo-histórico de lo que fue la antigua provincia colonial de Santa Cruz de la Sierra y que comenzó a denominarse oriente boliviano.
El análisis pormenorizado de esas desmembraciones territoriales en el primer siglo de existencia de Bolivia, es el objeto de este ensayo de Juan Carlos Urenda, quien no se limita en presentar la mutilación geográfica sino que analiza el contexto político en el que se dio y, lo que es más importante, la respuesta de los ciudadanos de las regiones agredidas por el estado boliviano como consecuencia de la firma de tratados internacionales lesivos a la integridad territorial que afectaron profundamente a las personas asentadas en los espacios concedidos.
Paula Peña Hasbún